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Jorge Sharry, 45 años de teatro y su "lugar en el mundo"

Este año, con el estreno en Pergamino de "Romeo y Julieta" de William Shakespeare, el actor, director y docente teatral, cumple 45 años de teatro, "sin haberme bajado un solo año del escenario".

El actor, director y docente tea­tral, Jorge Sharry, cumple 45 años con el teatro y como no podía ser de otra manera, los celebra colocando en escena a "Romeo y Julieta" de William Shakespeare.
En un jugoso diálogo con EL TIEMPO, Sharry recorrió parte de su vida teatral: "Hace 45 años, un amigo Cachi Terrile me avisó que, a pesar de mi edad -14 años- podía entrar a la Escuela de Teatro. Nunca había querido ser otra cosa que no fuera actor y siempre me había visto impedido del estudio para lograrlo.por la edad. Así que fui hasta el edificio de la Escuela 22, planta alta, en un día que no era precisamente lu­minoso, ya que el lugar sufría un corte de luz. Allí, bajo la luz de la vela tuve mi primer contacto con el teatro conociendo al director de la escuela, Goly Bernal que ya dejaba el cargo para continuar su carrera artística en Buenos Aires. Allí me inscribí y comencé mis estudios que enriquecieron mi creatividad durante los tres años que cursé, paralelamente a mis últimos tres años del secundario. La Escuela de teatro me dio cosas fundamentales, como el amor a la escena; la necesidad de preparar­me para encarar lo escénico; dis­ciplina, compromiso y un titulo con el que hoy puedo dar clases en establecimientos educativos. La minuciosidad del teatro la aprendí después, estudiando sin pausas durante muchos años de mi vida y eligiendo los profesores que marcarían mi camino", así, Sharry, comienza a contarnos su trayecto en el teatro durante estos 45 años que lo encuentran en los ajustes finales del gran desafío de poner en escena Shakespeare en nuestra ciudad

Los inicios
"Agradezco profundamente a mi vieja que fue una actriz que "no se animo", porque estimulo permanentemente mi vocación y no me dejo flaquear en el es­tudio, exigiéndome exámenes y asistencia a la Escuela de Teatro de la misma manera que lo hacía con la secundaria"
-¿Y cómo siguió todo?
- Debute en el Festival del Estudiante de TEA, dirigido por Carlitos Otegui en la parte de sketchs junto a Cachi Gutiérrez, Marito Salaberry, Anahi Fachi­nat, Betty Cosetti, Jorge Ferreyra y muchos más. Después vino la gran entrada al teatro local con un pequeño y soñado papel en la obra de Ana D'Anna y Rubén Albarracín "¡Oh, Macbeth!" en la sala del Teatro Chico y com­partiendo escenario con mis profesores. Fue maravilloso y después vino Juventud de Teatro.
-¿Cómo llega Juventud de teatro?
- En el '70, de la mano de un amigo que ya no está, Hugo Conticello que me propuso unir dos instituciones juveniles como lo eran el Ateneo La Merced e Interact -a la que yo pertenecía- y formar un elenco para montar "Altitud 3.200", una historia de jóvenes generados en aquel glorioso Mayo Francés y escrita por Julien Luchaire. La hicimos y parte de ese elenco decidió conformar un grupo desde la más absoluta ingenuidad, placer y compromiso. Me enorgullezco de haber pertenecido y funda­do, junto a Neme Carenzo, ese grupo que marcó a fuego varias generaciones teatrales de la ciu­dad, hasta el día de hoy en que todavía los que tienen los hilos del talento teatral en Pergamino vienen de ese grupo que trabajo durante 21 años.
-¿Y después?
-Después vinieron numerosas obras, un trabajo continuo y sin pausas, la amistad y el encuentro en el arte con mis compañeros a los que sigo aplaudiendo en distintos escenarios de Perga­mino; la presencia de directores como Jorge Grasso y Juan Carlos Puppo; los estudios con Laura Yusem, Susana Torres Molina, Mauricio Kartum, Edelmiro Menchaca, Emilia Mazer y tan­tos otros. Y el doloroso final de Juventud de Teatro en una época signada por el individualismo en la que los postulados del grupo podían ser lacerados por los su­puestos "posmodernos".
-Pero hay más
-Sí, el grupo se disuelve de común acuerdo en 1991 y cada uno opta por el camino que más le gusta. Seguí trabajando en distin­tos proyectos y arriesgando cada año un poco más. Mi idea del tea­tro en el interior es esa: quedarnos acá significa un canje de vida, ya que si bien nunca lograremos la popularidad que da el trabajar en la Capital o el dinero como para vivir de esto; logramos sí hacer lo que nos place. Enton­ces, hay que ser responsables a la hora de elegir y buscar textos que signifiquen un verdadero desafío; que nos conmuevan y conmuevan; que enriquezcan la cultura de Pergamino. Buscar un texto simple solo por hacer, no es la misión que tenemos en nuestro lugar en el mundo. Por eso arriesgué con "Bodas de sangre" de Federico García Lorca en mi primera dirección, recién en 1996, a los 42 años; traté de jugarme con textos que me afir­maran en mi identidad artística y hoy celebro esta instancia de vida con un Shakespeare para el que he ensayado más de un año. Y ese tiempo no significa que lo que hacemos sea certeramente bueno, pero sí un compromiso de dar todo lo que tenemos, apostar al límite y ser sinceros en la entrega, guste o no guste.

Épocas de dictadura
"No fue fácil. Varios del elenco habíamos militado en agrupacio­nes políticas y tuvimos presiones que no vale la pena recordar. Ante el peligro que corría nuestra vida, debíamos plantearnos una respuesta desde el arte y fue el hacer sólo autores nacionales, prohibidos durante todo ese negro proceso del genocidio. El hecho fue destacado en el retorno de la democracia por el Instituto de Investigaciones Teatrales que funciona en el subsuelo del Teatro Nacional Cervantes. Sufrimos persecuciones, amenazas y censura en las que, como denun­ciantes, participaron personas de esta ciudad en quienes confiába­mos y que estaban sirviendo a la dictadura.
Estos 45 años poco hubieran sido si a mi lado no hubieran estado personas que partieron hacia el infinito para hacer su última y eter­na gira, como Hugo Conticello, Rosana Cura y Julián Ferrere; y mis viejos, por supuesto. Y todos los de ayer y los de hoy; todo ese elenco que imbuído del fragor shakesperiano, hace más de un año late al ritmo del gran teatro provinciano".

​​ROMEO&JULIETA

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